lunes, 20 de julio de 2009

Trampolín para ganar cursos


Los estudiantes que comparten educación y el trabajo son los que más se inscriben a las escuelas de vacaciones - Por Pedro Boche

A pesar que el proyecto de Escuela de Vacaciones busca la excelencia académica, un considerable grupo de futuros comunicadores ha tergiversado su objetivo al encontrar en ese proyecto un trampolín de ganar cursos.

El objetivo es evitar la repitencia y permanencia al dar la oportunidad de recuperar asignaturas no aprobadas, algo que representa una ayuda importante para la mayoría de estudiantes-trabajadores que conforman la Escuela de Ciencias de la Comunicación, ECC.

Sin embargo, diversos sectores de la ECC, coinciden en que falta concienciación para solucionar las deficiencias y precariedades que afectan a la institución, principalmente en la vocación estudiantil, la pedagogía y la administración.

El estudiante. “Desgraciadamente la ineptitud es el mal de éste país¨, dijo Ismael Avendaño, Coordinador del Área de Periodismo e indicó que a pesar que la Escuela de Vacaciones ha surgido como una respuesta para mejorar la educación y en algunos casos, esta se ha desvirtuado.

Para Avendaño, el sancarlista debería preguntarse al finalizar su jornada académica, ¨cuánto aprendió hoy¨ y no ¨cuántos puntos consiguió¨.

Hay alumnos que no les queda suficiente tiempo debido al trabajo, ¨y eso al final termina afectando¨, afirma Oscar Solís, del 3er. semestre de Periodismo; sin embargo, reconoció que hasta cierto modo el docente tiene razón: ¨la gente viene, llega a los 25 puntos y se olvida de las clases¨, refirió.

Entretanto, el estudiante Carlos Ordóñez, del 5to. Semestre de Periodismo, calificó como ¨un círculo vicioso de mediocridad¨ el proyecto de recuperación; dijo que una de las causas podría incidir en la falta de vocación por parte de los estudiantes que, a falta de conseguir espacio en otra unidad académica, se vinculan a la ECC.

Actualmente, cada alumno puede reprobar un curso en 12 ocasiones antes de ser expulsado de la Usac, alcanzables por medio del horario normal del semestre, 2 exámenes de recuperación y un ingreso en Escuela de vacaciones a lo largo de 3 oportunidades.
Fortalezas. El éxito del proyecto también es responsabilidad de quien enseña, coinciden estudiantes y los mismos docentes.

Se da por ejemplo, el caso en que los estudiantes logran aprender mejor el curso de Filosofía durante la Escuela de Vacaciones que durante el semestre. Un factor que influye es el cambio de docente y el método de enseñanza del mismo.

En algunos cursos el número de estudiantes se reduce considerablemente, haciendo más personalizada la enseñanza y dando oportunidad la mayor interacción entre docente y estudiantes. Este es un factor positivo, según los entrevistados.

Sin embargo, también se han dado casos en que la formación durante la Escuela de Vacaciones no llena las expectativas en el aprendizaje, y esto recae también en la responsabilidad del docente.

Para el catedrático Avendaño, puede existir lo que él denominó “dislexia pedagógica”, es decir, cuando quien se hace cargo del curso no conjuga bien lo que enseña con lo que evalúa, impidiendo que exista un reforzamiento óptimo en la educación del estudiante.

La teoría de Avendaño es respaldada por el estudiante Ordóñez, quien argumenta que las principales deficiencias de los docentes recaen en la metodología, pues no se ajusta a la enseñanza.

Mario Paz Mayén, Representante Estudiantil de la Comisión de Evaluación, COMEVAL, agregó que hay docentes que jamás han ejercido como comunicadores.

Puntos inexistentes. Los conflictos (por los puntos) han venido a despertar al estudiantado, refirió Julio Moreno, Coordinador de la Comisión de Escuela de Vacaciones, en referencia a la férrea oposición que han mostrado algunas agrupaciones estudiantiles.
Paz Mayén dijo que la lucha no es por los 25, 35 o 61 puntos sino en contra del Consenso de Washington que pretendería privatizar la Universidad. Algo en lo que la AEU no se pronuncia, afirmó.©

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